Cuando conocí esta herramienta, quedé cautivada. Fue en un curso en el Instituto Nacional de Psiquiatría, cuando una colega, Elena Anton, hizo una demostración de cómo variables tales como el ritmo cardiaco, la respiración, la tensión muscular y la sudoración respondían ante distintos estímulos.
Aunque el Biofeedback data de finales de la década de los sesenta, todavía en los noventas, cuando estudié la universidad, el conocimiento acerca del Biofeedback o Biorretroalimentación (su nombre en español) era escaso o prácticamente inexistente. De ahí que contar con una herramienta que me permitiera mostrar a mis pacientes como nuestra fisiología responde a nuestras emociones, pensamientos o diversos estímulos del ambiente, era por demás atractivo.
Fue así como surgió mi interés por esta herramienta, y desde hace varios años la he estudiado con gran interés. Me parece que su potencial es enorme. Pero sobre todo, una de las cosas que más me atrae de ella es que bien utilizada, es una alternativa no invasiva, es decir, no causa daño, una premisa básica que surge del pensamiento hipocrático.
Otros de sus atractivos, al menos para mí, tiene que ver con que apela a la capacidad de la persona de autorregularse a si misma, es decir, que la persona, con sus propios recursos aprende a tener control sobre su fisiología e incluso a modelar su actividad cerebral, una modalidad conocida como EEG Biofeedback o Neurofeedback. O a sincronizar su ritmo cardiaco con su respiración, algo que se denomina como Variabilidad de la Frecuencia Cardiaca, una alternativa promisoria en el tratamiento de diversas cuestiones.
Asimismo, el Biofeedback representa la oportunidad para los psicólogos como yo, de hacer tangible lo intangible. Hablar de cómo nuestra mente o nuestros pensamientos tienen efecto en nuestra fisiología de pronto resulta "dibujar en el aire", mientras que estas herramientas nos permiten mostrar a nuestro cliente o paciente de qué exactamente estamos hablando.
La Asociación Americana de Psicología (APA) reconoce el poder del Biofeedback y se refiere a él en su publicación de junio de 2017. En este artículo, se menciona el caso de Steve Portenga, un psicólogo del desempeño quien instruía a sus clientes a practicar ejercicios de respiración. Portenga dudaba que ellos "hicieran la tarea" y fue entonces que conoció la herramienta y comenzó a utilizarla con sus clientes, no solo en su oficina, sino que instruyó a estos a utilizar dispositivos de uso casero o Home Trainers.
Este colega, reconoce no sólo la capacidad del Biofeedback de cuantificar sus resultados, sino también, la ventaja que ofrece esta herramienta para manejar la presión competitiva. El ha trabajado con atletas de alto rendimiento, incluyendo a la NFL, campeonatos mundiales y juegos olímpicos.
Por medio del entrenamiento, los clientes a través de un video o juego de computadora, pueden observar su propia respuesta ante diferentes estímulos o situaciones de estrés. Pero no solo se trata de una herramienta diagnóstica, sino que por medio de diferentes técnicas de entrenamiento y el apoyo de esta herramienta, los clientes aprender a controlar dicha respuesta.
Aunque todavía no existen tantas investigaciones a gran escala que la avalen, diversos estudios han indicado su potencial para tratar diversas condiciones físicas y psicológicas. Por ejemplo, en 63 estudios realizados, 81 por ciento de los participantes mostraron alguna mejora y 65 por
ciento una reducción estadísticamente significativa de sus síntomas.
La Variabilidad de la Frecuencia Cardiaca, por ejemplo, ha sido objeto de gran interés. Una autoridad en esta modalidad, el Prof. Richard (Dick) Gevirtz ha revisado más de 55 estudios según los cuales, esta modalidad se muestra promisoria para tratar diversas alteraciones, incluyendo asma, hipertensión, depresión, ansiedad, e insomnio, así como para mejorar el desempeño (Peak Performance).
Paul Lehrer, otro experto en el campo, al igual que Portenga, y la que escribe, combinamos la psicoterapia con el entrenamiento en Biofeedback e instruimos a nuestros pacientes a "hacer la tarea" es decir, practicar los ejercicios en casa.
Otros colegas, utilizan estas herramientas incluso en la neuro-rehabilitación de sus clientes. Leah Lagos, una profesional acreditada en la Ciudad de Nueva York, utiliza la VFC para aliviar los dolores de cabeza, problemas de concentración y otros síntomas que sufren sus clientes después de una concusión o golpe en la cabeza. Leah, quien también realiza investigación con la Universidad de New York, ha encontrado que la efectividad de esta herramienta se observa en un plazo relativamente corto de tiempo: a las cuatro semanas, los síntomas se disipan, mientras que a la séptima semana, sus pacientes pueden volver a enfocarse nuevamente.
Ella trabaja con golfistas, bailarines, jugadores de soccer, basquetbol, entre otros, a quienes ve en sesiones de cuarenta y cinco a sesenta minutos por diez semanas, combinando también la terapia cognitivo conductual, el Biofeedback y técnicas de Mindfulness, además de las tareas para casa.
Lindsay Thornton, otra psicóloga deportiva y psicofisióloga que trabaja para el Comité Olímpico de los Estados Unidos, reconoce que el Biofeedback reduce la Curva de Aprendizaje de sus entrenandos, en lo que se refiere al manejo de la presión que implica la competencia.
"Algunas veces en la terapia hablada, hablamos, hablamos y hablamos, y no somos capaces de cambiar la conducta, pero para mi, utilizar la psicofisiología como herramienta, ha sido realmente poderoso para enseñar diversas habilidades a los atletas".
Thornton, utiliza además con sus clientes el Neurofeedback, mediante el cual les enseña a estos sus propias ondas cerebrales, lo cual les ayuda a mejorar su desempeño. Ella señala que el objetivo del Neurofeedback es
"Crear conciencia sobre los estados mentales y entonces desarrollar estrategias para recrear ese estado bajo presión o de cara a la distracción".
Ella les crea rutinas a sus atletas las cuales incluyen ejercicios de visualización, respiración o la utilización de palabras clave asociadas al desempeño que esperan. Y comenta que durante su formación como psicóloga deportiva no estaba segura de estar haciendo las cosas correctas con los atletas.
"Hablamos de relajación muscular y visualización. El atleta podía pensar que lo hacía correctamente y yo también, pero necesitaba asegurarme de ello, el Biofeedback ayuda a proveer esa evidencia objetiva".
Si quieres saber más acerca del Biofeedback, te invito a ver este video en Youtube
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* El artículo que se menciona, aparece en Monitor APA, Junio 2017, y ha sido traducido y adaptado por la autora
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